El Nombre Bendito
 

Jehová Nuestro Castillo
- Jehová Matsúd -
Noviembre 1, 2010

¿Cuál es el significado bíblico de este término “castillo o lugar fortificado”?  

 

n el Antiguo Testamento, una fortaleza o castillo era una habitación fortificada que se usaba como medio de protección contra los enemigos. Encontramos que David se ocultó del rey Saúl en lugares fuertes en el desierto de Zif en Hores (I Samuel 23:14-19). 

Eran estructuras físicas que por lo general quedaban en lo alto de una colina o una montaña, muy difíciles de asaltar.  Con esta idea en mente, los autores inspirados de la Biblia adaptaron la palabra hebrea matsúd, “lugar fortificado o castillo”,para definir la realidad poderosa, rigurosamente protegida, en el ámbito espiritual.

Una fortaleza puede ser para nosotros una fuente de protección del enemigo, como es el caso cuando el Señor se convierte en nuestro castillo, nuestro Jehová Matsúd, tal como lo llamó David:

“Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo [matsúd - h4686; lugar fortificado] mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en Él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.  Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos.” – Salmo 18:1-3

 

O por el contrario, un lugar fortificado puede ser una fuente de defensa para el enemigo donde la actividad pecaminosa de las tinieblas se defiende dentro de nosotros, oprimiéndonos por años.

Los cristianos pueden ser oprimidos por lugares fortificados que reinan en su mente los cuales pueden ocupar cualquier espacio en la vida de pensamientos no regenerados, especialmente si esos pensamientos están protegidos por el auto-engaño o por las falsas doctrinas.  La rebeldía contra Dios le dará al enemigo un sitio en nuestra vida.

A muchos cristianos literalmente les atormentan muchísimo temores.  A estas fortalezas se les reprende muchas veces sin éxito, de no ser hasta que se confronta el espíritu de temor, se derribe su fortaleza de incredulidad por medio del arrepentimiento, y se pide a Dios un corazón blando, ya que el engaño del pecado endurece el corazón.

En la misma forma, ha habido fortalezas espirituales que la Iglesia jamás ha podido derribar.  Hay fortalezas en nuestras vidas personales y fortificaciones demoníacas sobre nuestras ciudades que aun no han sido puestas bajo el gobierno de Dios.  Han venido y se han ido las iglesias, y estos enemigos permanecen.

Este es el caso de Israel en la Tierra Prometida. Desde el tiempo en que Israel entró a la Tierra Prometida y poseyó los límites de todos esos terrenos que Dios le había entregado, el pueblo de Dios convivió por años con sus enemigos y nunca los desalojaron. Las siete naciones paganas en la Tierra Prometida se hicieron fortalezas impenetrables.

La fortaleza de Jebús
Antes de que David tomara Sion, Jerusalén no existía.  Se la llamaba Jebús, porque era habitada por los jebuseos.  Dado que era una fortaleza natural sobre una montaña, rodeada de montañas, Jebús tenía un solo camino de entrada.  Desde un punto de vista militar, era prácticamente inexpugnable.  No había forma de conquistarla.

Es sorprendente que Josué, con todas sus conquistas en la Tierra Prometida, nunca haya tomado a los jebuseos. Gedeón y todos los jueces nunca los derrotaron.  Saúl quien reinó 40 años nunca la pudo conquistar. Jebus permaneció impenetrable todos esos años a pesar que Dios ya se los había dado. Aquello era realmente una fortaleza de tiniebla.

En los tiempos de Josué, “Mas a los jebuseos que habitaban en Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron arrojarlos; y ha quedado el jebuseo en Jerusalén con los hijos de Judá hasta hoy” (Josué 15:63).

En los tiempos de los jueces, “Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses. Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera” (Jueces 3:5-7).

Los israelitas nunca vencieron la fortaleza de Jebús hasta que David y sus valientes entraron en escena. Durante años y años había existido esta fortaleza contra el Señor, y no fue hasta que el ejército de Israel se unió a las órdenes de David, que se la pudo tomar.

“Entonces marchó el rey con sus hombres a Jerusalén contra los jebuseos que moraban en aquella tierra; los cuales hablaron a David, diciendo: tú no entrarás acá, pues aun los ciegos y los cojos te echarán (queriendo decir: David no puede entrar acá). Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David. Y dijo David aquel día: todo el que hiera a los jebuseos, suba por el canal y hiera a los cojos y ciegos aborrecidos del alma de David. Por esto se dijo: ciego ni cojo no entrará en la casa. Y David moró en la fortaleza, y le puso por nombre la ciudad de David; y edificó alrededor desde milo hacia adentro. Y David iba adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los Ejércitos estaba con él” (II Samuel 5:6-10).

Esto nos muestra que podemos derribar fortalezas y fortificaciones demoníacas en nuestras vidas que nos han sido imposibles atacar y conquistar en el pasado. Pero también nos muestra que es muy posible habitar con fortalezas demoníacas toda nuestra vida.

David aborrecía la intimidación de los Jebuseos. Cuando los jebuseos vieron que se acercaba el ejército de David, comenzaron a burlarse de él, diciéndole que no sería diferente de los demás que habían intentado conquistarlos en el pasado, y todos habían fallado.  “No puedes llegar aquí arriba, David.  No lo lograrás.  Aun nuestros paralíticos podrían sacarte de aquí. Aun lo cojo y ciego nuestro es más fuerte que tú”, queriendo decirle que eran impenetrables.

Pero David la conquistó e inmediatamente le cambio el nombre a Sion, lugar del reino de Dios.  Del mismo modo el diablo nos amedrenta.  “Eres cómo todos los demás.  Jamás nadie me ha derribado, y tú tampoco podrás.  Nadie en tu familia pudo superar esto, y ellos también eran cristianos, así que, ¿qué te hace pensar que tú podrás?” Es hora de aborrecer y callar la intimidación. Satanás esta derrotado pero su mejor arma sigue siendo el engaño y la intimidación.

Tómalo Todo – No victoria parcial.

“Y David habitó en la fortaleza, y por esto la llamaron la Ciudad de David. Y edificó la ciudad alrededor …. Y David iba adelantando y creciendo, y Jehová de los ejércitos estaba con él” (I Crónica 11:7).

No te conformes con una victoria parcial en tu vida. Sion representa una mentalidad de victoria total. Dios desea que ocupemos todo lo que Él nos ha asignado, no sólo parte de ello.  Por lo tanto, no debemos tener una mentalidad de victoria parcial.  Una mentalidad tal dice: “Bueno, estoy mejor que lo que nunca jamás he estado antes, y tengo más que la mayoría de las personas.”  ¡Pero eso no es lo que Dios tiene para ti! Dios tiene un destino glorioso para tu vida. No importa el pasado, no importa las fortalezas, levántate para vencer en el nombre de Jesús.

Yo quiero todo lo que Cristo me ha dado legalmente. No quiero las tres cuartas partes; quiero todo.  De la misma forma, la Iglesia debe levantarse en una mentalidad de victoria total, que es lo que Sion representa espiritualmente.

Una mentalidad de victoria parcial es, al mismo tiempo, una mentalidad de obediencia parcial.  Es, en realidad desobedecer a la Palabra de Dios tratando de encontrar “vueltas”, y la Biblia dice que eso es pecado. 

¡Si no tenemos una mentalidad victoriosa ahora mismo, estamos en incredulidad y pecado! Debemos pedir al Espíritu de poder de Dios que nos capacite para vencer y creer que podemos reinar en vida con Jesucristo, venciendo toda fortaleza en nuestra vida que se levanta contra la Gloria de Jesús.

De Jebús a Sion es un cambio de naturaleza, de derrota al gobierno de Dios. Es tomar posesión de aquello que nos derrotó por tantos años. Algunos cristianos tienen tanta naturaleza de jebuseos que no tan sólo no cambian ellos sino que se burlan e intimidan a los que si queremos cambiar y conquistar.

Cuando David destruyó a los jebuseos y estableció el gobierno de Israel en el monte de Sion, fue un prototipo y sombra del despojo de los principados y potestades por parte de Jesucristo y el establecimiento del Reino de Dios, o el gobierno de Dios, sobre la tierra.

“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:14-15).

 

¿Cómo identificamos una fortaleza? Por definición una Fortaleza es un sistema de pensamiento que se levanta contra el señorío de Jesús y contrario a Su verdad.

“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (II Corintios 10:3-5).

Así, una fortaleza es anti-Cristo y es anti-Escritura. Esta mentira la recibimos como verdad y es el fundamento o puerta para que atormentadores, verdugos, y fuerzas negativas dominen y opriman mi vida.

Identifiquemos algunas fortalezas de opresión:

- Fortaleza: Esconderse delante de Dios. ¿Esta bien esconder cosas de mis padres, después de todo, todo el mundo lo hace? Y hasta es divertido. Verdad: Nada hay oculto delante de Dios. Dios nos pondrá nuestras cosas ocultas en vergüenza.

De esta fortaleza viene el verdugo de darse ciertas libertades en oculto las cuales razonamos como justificables, produciendo un espíritu de hipocresía y religiosidad. Y quita todo poder de la piedad y endurece el poder de la Gracia.

- Fortaleza: Libertad. “Si tuviera toda libertad y medios me iría de la casa.” Verdad: Libertad no es hacer lo que quiero si tuviere todo el dinero y los medios. Libertad es hacer lo que debo. Jesús no hizo lo que quiso sino lo que debía delante del Padre. En Filipenses 2:5 se nos exhorta a que haya este mismo sentir de Jesús en nosotros. También Pablo nos enseña que quería partir al cielo pero prefería quedarse a causa de la edificación de la Iglesia.
Honrar: Además el deseo no es abandonar ni despreciar a los padres sino honrarlos.
Amor: El verdadero amor no es forzado, sino escoger de corazón amar a los padres. Estas son las cualidades de corazón que Dios busca en un joven para llamarlo, aprobarlo, y comisionarle.

De esta fortaleza viene el verdugo de la carnalidad, la urgencia de divertirse constantemente, los ojos son cautivados por las luces temporales.

- Fortaleza: Aprobación. Todo el mundo lo hace, así que no hay nada malo que yo lo haga también. Verdad: Maldito todo aquel que se apoya en el hombre y no confía en Dios. Cuando veo que todo el mundo lo hace para mi aprobación y licencia me estoy apoyando en la sabiduría del mundo para mis decisiones, y no me estoy apoyando en la sabiduría de Dios. Esta fortaleza nos lleva a prostituirnos con el estándar del mundo. Lo peor es que caeremos en el fango del mundo mismo. A Israel se le comparó peor que Sodoma y peor que ramera.  Satanás le ofreció a Jesús todos los reinos del mundo si tan sólo por un ratito le adorase.

De esta fortaleza viene el verdugo de tener el temor del hombre como centro, el cual pone lazo, llena el corazón de estreses y se pierde la oportunidad de reinar. Este era el caso del rey Saúl quien vivía para complacer a la gente y el que dirán.

- Fortaleza: Entretenerse – la Exaltación del Yo. Yo he trabajado mucho y tengo el derecho de divertirme. Verdad: No tenemos derechos ni reclamos. Somos creados por Dios y Él es el dueño de la tierra y de toda Su plenitud. Cuando tomo una actitud no de dueño sino de mayordomo, no de de derechos sino de responsabilidad, Dios mismo como buen Señor  tomará cuidado de mis necesidades de entretenimiento y las saciará mucho mejor de lo que yo pueda hacerlo. Seis días debo trabajar y el séptimo día es para honrar y agradecer a Dios. Este es el principio de recibir y honrar a Aquel que verdaderamente lo merece. Jesús es el que está en el Trono no mi Yo.

De esta fortaleza viene el verdugo de permitir que roda tiniebla entre a mi alma a través del entretenimiento. Esto apaga la llama del fuego de la presencia de Dios. Y luego las cosas de Dios nos parecen aburridas.

- Fortaleza: Unión en Yugo desigual. Esta bien tener una relación con un incrédulo, después de todo yo le voy a predicar y se convertirá. Verdad: Primero, no tentarás al Señor tu Dios. No le sugieras siquiera a Dios lo que tiene que hacer. No es Dios quien tiene que obedecer sino nosotros. Segundo, ignorar luces rojas y señales que advierten la cercanía y peligro del precipicio no quita al precipicio. Toda persona que ha violado este principio afirma con dolor la certidumbre de esta verdad. Cuando una persona acepta esta fortaleza en su corazón, verdugos y poderes le acarrean torcer la verdad. Por último queda como resultado una mente reprobada o torcida.

Dios anhela que todo lugar de opresión y altivez se torne en un lugar de Su gobierno. Sólo Dios debe ser nuestra fortaleza y nada más, tal como el salmista declaró:

 “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y Castillo [Matsúd] mío; mi Dios, en quien confiaré” (Salmo 91:1-2).

El salmista está declarando a Jehová que Él es Su Castillo, su lugar alto y nada más. Hay un poder divino cuando declaramos verbalmente los nombres de Dios. Es una verdadera sanidad del corazón. Estas declaraciones las hago con mi esposa en nuestro tiempo devocional y fortifica nuestro ser interior.

 

Aplicación Interna: “Mi Padre celestial, en el nombre de tu Amado Hijo, Jehová Matsúd, yo te pido un corazón libre de fortalezas y mentiras que se levantan contra una sujeción genuina al Señorío de Jesús, y que se opone a la delicia de la obediencia y absoluta confianza en Ti. Hoy te declaro que Tú eres solamente mi  Castillo Fuerte; sólo Tú eres mi lugar fortificado. Porque escrito está, “Tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás” (Salmo 31:3). Hoy levanto Tu glorioso nombre en alto: ¡Jehová Matsúd! ¡Jehová Matsúd! Alabado sea Tu bendito nombre. Quiero una victoria total de Tu reino dentro de mi corazón. Porque tuyo es el poder, la gloria y la honra, por siempre. Amen.”

Aplicación externa: “Mi Padre celestial, en el nombre de tu Amado Hijo, Jehová Matsúd, yo te pido que me guardes de toda doctrina de demonio, de toda mentira y toda altivez humanista. Que la agenda del Espíritu Santo sea mi agenda para establecer el Reino de Dios en la tierra. Heme aquí como un simple vehiculo de Tu poder y Gloria para que Jesucristo sea el Señor de la tierra. Porque escrito está, que Jesús “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:14-15). Quiero una victoria total de Tu reino levantando a Tus escogidos. Porque tuyo es el poder, la gloria y la honra, por siempre. Amen.”

 

                                      En el nombre de Jehová Nuestro Castillo…
                                                                                 Dr. Johel LaFaurie  
   

Regresar al Nombre Bendito_ Regresar a el Nombre Bendito___________________________________________________Volver Arriba_ Regresar Arriba